Tijuana ante la gentrificación
*Primera de una serie ocasional.
Tijuana vive una transformación urbana como nunca en su historia.
Pero una serie de derrumbes y deslaves puso en alerta a las autoridades de la mayor zona metropolitana en los límites con California.
La joven ciudad que se convirtió en la mayor área metropolitana en la zona limítrofe entre México con Estados Unidos atraviesa por un boom en la construcción que está cambiando su horizonte.
Y lo notan no solo los residentes locales.
“Los que viven en Estados Unidos y que están comprando aquí para vivir más económico” dice Luis Bustamante, un empresario inmobiliario y fundador del Grupo Bustamante Realty Group.
Hay quienes la ofertan como una alternativa ante los altos costos de la vivienda en California.
“No son los ricos tal vez de Los Ángeles pero suficiente (como ) para comprar un condominio de 250 mil, 300 mil dólares” agrega Bustamante con una precisión sobre los compradores; “La mayoría de México-americanos” (sic)
La construcción de la llamada vivienda vertical se nota en Tijuana, pero especialmente en la llamada zona dorada que en realidad significa la parte más cercana al cruce fronterizo de San Ysidro y /o la que se considera más moderna o mejor urbanizada.
Durante una reciente conferencia de prensa varios de los líderes del sector inmobiliario en el estado explicaron quiénes están comprando departamentos en las torres que se levantan no sólo para dar espacio a viviendas sino también para negocios y otros espacios comerciales.
Los promotores estiman que un 30 o 35% son inversionistas ( algunos locales) que comprar para rentarlos, 40, 50% aproximadamente son familias que hacen su primera inversión de vivienda y alrededor de un 20% serían extranjeros, principalmente residentes del vecino país.
“Está naciendo a partir del 2020 un nuevo nicho que no estaba” añade Bustamante en referencia a este último renglón.
En la zona costera cerca del 70% de los compradores son extranjeros, afirma Edgar Rodríguez quien es empresario inmobiliario de Playas de Rosarito.
“Un condominio a la orilla de la playa en Estados Unidos estamos hablando de 5 millones, seis millones de dólares, aquí un promedio son 395 mil, 370 mil dólares” menciona.
El crecimiento normal de la ciudad y una mayor demanda de vivienda de todo tipo encarece las rentas en general.
Fermín Sosa, originario de Sinaloa, pero que ha vivido en Estados Unidos y ya tiene tiempo residiendo en Tijuana es uno de los que viven las consecuencias de este crecimiento.
“Para los que trabajamos, hay mucha gente que trabaja en maquila, yo he sabido que muchas veces no …. nomás para pagar las rentas. Sí, sí están altas” asegura mientras señala que el de la renta es uno de los mayores gastos de quienes aquí habitan.
Algunas secciones que lucían abandonadas como el centro ciudad se parecen experimentar ya una gentrificación que según el diccionarios es:
“Renovar una zona urbana, generalmente popular o deteriorada, mediante un proceso que implica el desplazamiento de su población
original por parte de otra de mayor poder adquisitivo”
Otra preocupación vino con las recientes lluvias que propiciaron deslaves y derrumbes.
La evacuación y eventual desplome de dos condominios en el fraccionamiento La Sierra mostraron un aspecto de la ciudad que se descubre ocasionalmente.
Monserrath Caballero, Alcaldesa de Tijuana lo definió de una forma que despertó todo tipo de reacciones pero que nadie ha podido desmentir.
“Vivímos en un polvorón, vivimos en un mazapán” dijo la presidenta municipal en una transmisión de Facebook que le ganó nuevos memes.
Es una realidad más dura que el subsuelo de buena parte del municipio más poblado de la república mexicana según el censo del 2020.
La inestabilidad de la tierra afectó también las vialidades. El caso más notable está en la carretera que conecta al centro de la ciudad con la delegación Playas de Tijuana.
El deslave dejó al descubierto la historia de improvisación en la creación de buena parte de esta ciudad, al recordar que el Cañón del Matadero fue rellenado con tierra ( crearon un terraplén ) para hacer la calle en la década de los 60 cuando la población de Tijuana no tenía el nivel de crecimiento que ha mantenido en las últimas décadas.
La alcaldesa considera una moratoria temporal en la construcción de edificios para evitar que el crecimiento se venga abajo.
En varios vecindarios de Tijuana, incluso las zonas que antes fueron habitadas por la clase media- alta, esto ha sido una petición desde hace tiempo.
Los desarrolladores de vivienda vertical insisten en los beneficios de su multiplicación.
Luis Bustamante considera que cada torre que se construye significa un millón de dólares en impuestos, e incluso dice pugnar porque se incremente la taza de cobro del predial para esas obras.
Pero esa ventajas no se reflejan en las comunidades donde fincan nuevas inversiones.
Fraccionamientos como Monterrey y Laderas de Monterrey están en contra de la construcción de uno de estos proyectos pero no son los únicos.
En Playas de Tijuana los colonos han manifestado sus inconformidades y se han movilizado pues consideran que la infraestructura de la zona no es adecuada para soportar lo que significa el incremento poblacional
Pero si en décadas no tan lejanas los ciudadanos lograron impedir el establecimiento de industrias que amenazaban con afectar la calidad de vida de esa comunidad en los años recientes los escasos intentos no han fructificado.
Los proponentes del cambio de uso de suelo argumentan que no se puede ni se debe detener el progreso de la ciudad.
Mientras más edificios se elevan cada vez más, se levantan también las voces de quienes se consideran afectados por las condiciones de este desarrollo.
*“Tijuana ante la gentrificación” es una serie especial producida por Tijuanapress.com que pretende analizar el desarrollo urbano de la ciudad y el impacto en su calidad de vida, incluyendo y convocando las diversas voces de sus habitantes y los involucradas en la inevitable transformación de esta frontera.