La contaminación binacional continuará en 2022.

A principios de 2021 parecía que la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos invertiría una buena parte  de los $300 millones de dólares, que el Congreso norteamericano  designó para resolver el problema del derrame de aguas residuales de Tijuana a San Diego,  del lado mexicano donde se origina el añejo problema de la contaminación transnacional.

El entusiasmo se desbordó por la frontera.

La posibilidad de que la EPA financiara proyectos en México fue una gran noticia para Margarita Díaz, activista que dirige “ Proyecto Fronterizo de Educación Ambiental” en Tijuana.

“Venía etiquetado para la cuenca. ¡Perfecto!  Uno se emociona y  piensa que ahora sí!. Ja ja ja¡ que  ahora sí viene lo bueno y ¡¿Cuál!?”, dijo Díaz, quien reiteró: “La cuenca es binacional”.

La EPA anunció en noviembre que gastaría la mayor parte del dinero en construir una segunda planta de tratamiento en San Diego, justo al lado de otra planta que ha estado limpiando 25 millones de galones de agua del río Tijuana diariamente desde finales de la década de 1990. 

Algunos piensan que es como poner una curita en una herida infectada, mientras ignoran la fuente de la enfermedad.

“Solo desearía que la gente entendiera que podría ser mejor para nosotros ayudar más a México”, dijo Alexander Yakutis durante un foro ciudadano en noviembre. Yakutis labora con la Comisión Internacional de Aguas Fronterizas, una agencia federal que administra la planta de tratamiento del lado estadounidense.

 “Si podemos resolver todo el problema al no gastar un cinco en los Estados Unidos y por la mitad de la cantidad en México, ¿Por qué no lo haríamos?”

Lo que Yakutis quiere decir es que los dólares estadounidenses rinden mucho más en México, donde los materiales y la mano de obra  suelen ser más baratos y el proceso para obtener permisos es más corto.  

Díaz está de acuerdo: “Están (abordando el problema) al final del tubo”.

Mientras tanto, otra gran fuente de contaminación para las ciudades costeras de Tijuana y California sigue sin resolverse: Una planta de tratamiento a seis millas (unos 11 kilómetros) al sur de la frontera llamada Punta Bandera ubicada en San Antonio de los Buenos. 

La planta no funciona desde hace unos 14 años y  derrama diariamente, alrededor de 1.8 millones de galones de aguas residuales (en su mayoría aguas negras de Tijuana) directamente en el mar Pacífico. 

Las corrientes oceánicas del norte en la temporada turística de verano llevan esas aguas residuales  más allá de Imperial Beach, en California.

Al menos desde 2018, el estado de Baja California planea  reconstruir esa planta pero el dinero no ha llegado.. 

El problema, dicen los funcionarios estadounidenses, es principalmente político. 

“De ninguna manera hemos renunciado a abordar este problema en su origen”, declaró a Voice of San Diego, David Smith, quien administra los permisos y las aguas pluviales en la Región 9 de la EPA, la Agencia de Protección al Ambiente de Estados Unidos por sus síglas en inglés.

 “Pero las cosas siguen siendo inciertas sobre la capacidad y la voluntad del gobierno mexicano para invertir en estos proyectos a gran escala”.

Un informe de la EPA publicado en noviembre muestra que la agencia siempre asumió que alrededor del 93 por ciento de esos 300 millones de dólares se gastarían en el lado estadounidense. El resto podría ir a México siempre y cuando su gobierno aportara en la misma proporción, dólar por dólar. 

Así es como generalmente se hacen los proyectos en la frontera entre Estados Unidos y México. 

Estados Unidos invierte una mayor parte de los fondos, pero negocia un acuerdo de costos compartidos con el gobierno mexicano, ya sea a través de un tratado u otros acuerdos escritos.

Hay una historia de corrupción en México que debe evitarse. Es decir, no faltan políticos y contratistas que intercambian dinero y / o favores, lo cual es especialmente común en la industria del agua. Ambos países tienen que navegar alrededor de eso para asegurarse de que las inversiones de los contribuyentes se gasten legalmente. 

Doug Liden, experto en agua fronteriza de la Región 9 de la EPA, dijo durante el foro ciudadano en noviembre que es importante que el gobierno mexicano ponga dinero en estos proyectos de infraestructura fronteriza porque “garantiza que tengan algo de piel en el juego”.

Hay dinero disponible para gastar en Tijuana. Poco más de $50 millones de dólares combinados de lo que queda de los $300 millones y otro fondo estadounidense llamado Programa de Infraestructura de Agua Fronteriza. 

Eso posiblemente alcanzaría para hacer un control de daños importante en San Antonio de los Buenos y reparar algunas de las otras tuberías y bombas defectuosas dispersas por la ciudad.

El Banco de Desarrollo de América del Norte, (NADBANK) por sus siglas en inglés, creado con el TLC, (Tratado de Libre Comercio)  y financiado a partes iguales por Estados Unidos y México, está listo para otorgar un préstamo al gobierno de Baja California para reconstruir San Antonio de lo Buenos. 

Pero la legislatura estatal de Baja California tiene que aprobar la aportación de recursos para el proyecto antes de que el banco pueda ofrecer financiamiento.

Hace dos meses que una nueva gobernadora asumió el poder en Baja California y reemplazó a todos los funcionarios de alto rango en las agencias estatales incluyendo las encargadas del manejo del agua que trabajaban en San Antonio de los Buenos bajo el gobernador anterior, Jaime Bonilla. 

Ese es un movimiento habitual con el cambio de gobierno en México, pero a menudo puede interrumpir el progreso que el banco hizo con quien estaba a cargo anteriormente..

“Eso (retrasa)  bastante”, dijo Fernando Barrera, director asociado de servicios financieros del NADBANK, dijo que eso tiene un gran impacto en el proceso de concesión de préstamos. “Son cuestiones políticas y fuera de nuestro control”.

Francisco Bernal, el nuevo secretario que supervisa las agencias de aguas residuales de Baja California, no aportó  detalles durante una entrevista  el jueves pasado, sobre qué proyectos de agua abordaría primero la agencia. Solo que están “revisando varias opciones”.

“Vamos a echar a volar, por decirlo esa forma, lo que es el grupo binacional para empezar a trabajar de manera muy estrecha para ver cómo vamos a repartirnos esas tareas” 

La administración anterior de Baja California bajo Bonilla hizo algunas inversiones significativas para evitar que las aguas residuales fluyan a los Estados Unidos. 

La CESPT, Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana arregló un viejo sistema de bombeo que ha sido una fuente importante de derrames transfronterizos, y limpió el canal de concreto de Tijuana que guía el agua hacia la Planta Internacional de Tratamiento de Aguas Residuales. 

Y (aunque no lo terminó) comenzó la construcción de un nuevo sistema de alcantarillado para desarrollos habitacionales a lo largo de la costa que carecían de drenaje adecuado y que también descargan al océano.   

“Todo lo que hicieron, la nueva planta de PB CILA que se amplió, el dinero que invirtieron para aumentar su capacidad, ¡Perfecto!, eso fue bueno pero está al final de la tubería. México está reaccionando para que no se enojen del otro lado”, insiste Margarita Díaz, que cuando dice ‘’El otro lado’’, significa los EE.UU.

Pero con todas estas mejoras, el agua que se derramaba a Estados Unidos ahora se desvió hacia la tristemente célebre planta de San Antonio de los Buenos..

Eso no ayudó a la maloliente situación que contamina el océano. Lo empeoró.

La nueva gobernadora Marina Del Pilar Ávila también  prometió resolver la contaminación costera binacional. Utilizó el río de aguas negras proveniente de San Antonio de los Buenos como telón de fondo para uno de sus eventos de campaña a principios de año. 

Aún así, por ahora, las principales arreglos a la infraestructura de Tijuana son solo planes. .

“Hay una serie de aspectos que se están considerando.Uno de ellos es que los organismos están presentando una problemática financiera fuerte y estamos tratando de recuperar de alguna forma que esos pasivos se vayan solventando en el corto plazo”, dijo Bernal de SEPROA la Secretaría Reguladora del Agua, refiriéndose al severo endeudamiento con que recibieron las comisiones del agua.

Liden de la EPA dijo que permitir que el agua contaminada del río Tijuana fluya y tratarla en los Estados Unidos no es un mal uso del dinero. 

Esa es la ruta natural del río que corre hacia el norte, lo que significa que el agua llega a la planta de tratamiento de los Estados Unidos por gravedad, en lugar de desviar el río y bombear el agua por elevaciones más altas como donde se encuentra San Antonio de los Buenos.  

Aún así hay quienes en el lado mexicano se sienten decepcionados

“Hay una falta de responsabilidad de la situación que se está viviendo de este lado en México no del otro lado, en las playas de México’’ dijo, Margarita Díaz, la activista ambiental 

Afecta “La población más vulnerable porque no hay otro espacio público donde puedan recrearse gratuitamente que la playa”, agregó.

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