Denuncian abusos y arbitrariedades de la policía Estatal de Baja California
Una nueva denuncia de abuso policíaco y detención arbitraria fue hecha por un empresario de Tijuana contra elementos de la Fuerza Estatal de Seguridad Ciudadana de Baja California.
“Mi nombre es Salvador Blanco Romero este estoy haciendo una declaración en contra los oficiales que abusaron de mí y me robaron me torturaron siendo una persona inocente. Por lo cual esto es muy molesto, estoy muy dolido. Tengo algo de miedo porque me amenazaron con que iban a reventar la casa de mi mamá”.
El denunciante – nativo de esta frontera y con ciudadanía estadounidense- es propietario de dos negocios en Tijuana uno de ellos un bar en la zona centro de la ciudad a donde se metieron los agentes mientras a él lo tenían retenido según versiones de testigos.
“Se metieron a mi oficina y arrancaron las memorias. A mi empleada la la toquetearon”.
El Viacrucis de Salvador Blanco empezó el 21 de mayo cuando se dirigía a su trabajo y fue intervenido por la Policía.
“Se bajaron los policías estatales apuntándome y ´´¡Baja los vidrios y bájate del carro!´´. Amenazándome y lo que hice fue pues no traigo problemas, nada. Bajé las ventanas del carro, me bajé del carro”
En entrevista con Tijuanapress, relató que trató de razonar con los oficiales pero siguieron maltratándolo y además le pidieron dinero.
“Consiguenos cinco mil dólares, me dice. Les dije; Te voy a enseñar las cuentas de mi banco, en mi teléfono tengo las cuentas de mi banco te voy a enseñar que no tengo los cinco mil dólares. Y a quién le voy a hablar ahorita para decirle; Préstame cinco mil dólares para pagarle al señor porque me tiene detenido, le dije: Sí yo tuviera problemas con la policía. ¿Tú crees que yo no en ese mismo instante no te hubiera ofrecido dinero?”.
En su negocio contó que mientras lo tenían esposado en la patrulla le pusieron una pistola en su camioneta y le dijeron lo entregarían a la Fiscalía General de la República por posesión de arma.
“Yo no me di cuenta cuando la pusieron en el carro pero duraron alrededor de una hora, más de una hora en ponerla en el carro, porque cuando eso pasó yo estaba atrás del del pick up esposado, ya había pasado todo lo de que me habían amenazado y miré que como unos cinco o seis oficiales, venían caminando en bolitas, se arrimaron a mi carro. Entonces: ¡Ah no Cabrón! ¿No que no tenías un arma?”
Antes lo llevaron a unas instalaciones en el este de la ciudad y siguieron hostigándolo hasta que hasta que decidió aceptar las acusaciones por temor.
“Yo la verdad lo que pensé en ese momento es que me iban a desaparecer, dije todo lo que me digan: Sí señor, esto, sí sí, señor es mi arma. Sí sí, sí, señor. Sí, sí, sí, yo la tengo, yo todo, lo que quieras que maté… en ese momento era porque estaba en una celda, solo”.
A pesar de que un juez federal calificó de ilegal, la detención hecha por los agentes estatales, los problemas para este hombre no terminaron ahí.
Más de un mes después del incidente y de que lo liberaran por falta de pruebas aún no le regresan su dinero, sus pertenencias, ni su camioneta.
“Fui paciente, lo más paciente que yo pude, pero salir y que me sigan con más trabas y más trabas este, pues siento que es muy frustrante”.
Mostró documentos como una carta de las autoridades norteamericanas que confirman que es el legítimo propietario del vehículo.
“Se que al declarar… sé que al llevar la denuncia o al salir esto a las noticias es algo bien riesgoso y sé que me van a andar buscando…. pero pues es que también no soy un cobarde, no soy un cobarde y este….así como ellos tienen valor para hacer sus cosas, pues uno también tiene valor para denunciar las cosas como deben de ser y siento que si la justicia es este… sé que ha mejorado mucho estos años la justicia y seé que van a hacer justicia y tengo que luchar y demostrar que soy inocente y tengo que demostrar que hay bandidos dentro de la policía “
Asegura no tener problemas con la ley, ni en México, ni en Estados Unidos.
Son las peores lacras una plaga de delincuentes. La fuerza estatal antes poli ia estatal. Es la misma mierda