La filantropía fronteriza de Abril
Por Vicente Calderón.
Martes, Tijuana.
Frente a la entrada de la economía más grande del mundo la pobreza se gana la vida.
“Yo cruzo mucho con mi familia entre México y Estados Unidos Y siempre cuando cruzamos vemos a la gente que está muy necesitada” dijo Abril Rodríguez.
Niños trabajadores, ancianas, hombres lisiados que piden limosna, enfermos implorando ayuda en las filas de los 70 mil vehículos que atraviesan a diario en el Puerto de entrada de San Ysidro.
La mayoría pasa de largo ante esa realidad.
Verlo una y otra vez, impactó a Abril Rodríguez, una estudiante de preparatoria de Santa Ana, California que tras uno de esos viajes compartió su preocupación con su madre, Patricia Díaz.
“Frecuentemente unas 2, 3 lágrimas de ver a la gente pidiendo dinero. Los niños chiquitos pidiendo dinero en el sol, en el calor, en el frío”, comentó.
A sus 16 años decidió no ser indiferente. Su iniciativa se convirtió en una organización de ayuda transfronteriza.
“Se llama “4theBorder”, con un 4, porque cada paquete que hago cuesta aproximadamente cuatro dólares” explicó Abril.
Creó un sitio Web donde recibe donativos y muestra cómo distribuye los alimentos en las inmediaciones de la garita.
“Lleva como suficiente comida para dos días y medio para cada persona, tienen las calorías la proteína, los carbohidratos”
La Pandemia agravó la situación económica en México.
“Muy bien que… es un apoyo muy económico para ellos y que ahora sí que Dios las bendiga a ellas porque están ayudando a los que no tienen” dijo Francisco, un vendedor que recibió una bolsa con los alimentos.
El ¨Labor Day¨ o día del trabajo en Estados Unidos, Abril invitó a una amiga y su madre para repartir la ayuda.
Tessanny Azizi / Voluntaria de 4TheBorder.
“Siento que es perfecto Paso tiempo con mis amigos y puedo ayudar a quien lo necesita” dijo Tessany Azizi de 11 años de edad.
Una bolsa con tostadas, sardinas, frijóles y galletas puede ser la diferencia para muchas familias en México, cuando el trabajo y la comida escasean más por el Coronavirus.
Pero Particia, la mamá de Abril, sabe que no solo ganan quienes la reciben.
“Mi familia es una familia de clase media baja, vengo de una familia donde crecimos con lo esencial nada más, entonces el hecho de que haya tomado la iniciativa y decir: ¨Yo puedo hacer algo por esta gente, puedo ayudarles, darles un paquete de comida que le sirva para dos días¨ me hace sentir Super orgullosa”, dijo su mamá.
Originaria de Chiapas Patricia ve un aprendizaje importante para sus hijos, que crecen en California, en condiciones muy distintas a las de ella.
“El venir a México siempre es estar en contacto con tu cultura, con tu gente, con la comida y es algo que queremos que nuestros hijos también vean”
Hace unos años la familia Rodriguez compró una propiedad en Baja California.
Pero no hay que ser mexicana para encontrar oportunidades en la frontera.
“Mi familia es de Tailandia y crecí entre Tailandia y Estados Unidos . Eso me hizo darme cuenta que hay una diferencia en términos de la forma en que uno crece Y para mí es muy importante que mis hijos vean eso también”
Tanya Sukhu también vive en California. Aceptó la invitación junto con su hija Tessany, para repartir los alimentos en la entrada de San Ysidro.Dice que también para ella es importante inculcar el valor de contribuir con la comunidad.
“Me refiero a una cultura de poder agradecer y devolver a la comunidad algo de lo que nos ha dado. Realmente somos muy afortunados por todo lo que tenemos” dijo Tanya quien desde hace un año tiene un lugar dónde pasar tiempo en el sur de Tijuana algo que sorprendió a sus amigos norteamericanos.
“Originalmente la gente nos preguntaba: ¿Porqué van a hacer algo así? ¿Realmente quieres tener una casa al sur de Tijuana?Dije ¡Claro que sí ! Es un país hermoso la comida es excelente yo sé solamente un poquito de español pero suficiente como para salir del paso, Pienso que simplemente fantástico que tenemos esta cultura dual.” agregó Tanya.
Por esta ocasión las bolsas de con alimentos se terminaron, pronto volverán a Tijuana a comprar la comida y repartirla.
“Estoy muy contenta que hay ( sic ) tanta gente que nos quiere ayudar que nos quiere donar empecé esta organización en julio y ya he recibido casi 1,600 dólares de donaciones y ya hemos repartido casi 200 bolsas.” dijo a principios de septiembre Abril.
Ella asegura que la mayoría de los donativos vienen de gente de Estados Unidos, pero también hay mexicanos que están respaldando su laborfilantrópica.
Es una misión muy loable, mil bendiciones para Abril y Marthita. Dios les devolverá el ciento por uno.