EXPEDIENTE CONFIDENCIAL

53.4 millones sin comer, mientras el ´presi´ se paseaba.
Por Gerardo Fragoso M.
Mexicali, miércoles 12 de septiembre de 2018.
Contundente. Así es la investigación que hizo Reforma sobre los viajes que el presidente Enrique Peña Nieto, su familia y séquito, hicieron al extranjero.
Dicho trabajo periodístico arroja los siguientes e indignantes datos:
*Hasta ahora (le faltan, por desgracia, 80 días en el poder), el presidente ha efectuado 66 giras por el extranjero, turisteando por 42 países, 18 de estos más de una vez. En una tercera parte de esos viajes, Peña se llevó a su esposa, hijos e hijastros, lo cual implicó más gasto de nuestro dinero.
*Los gastos del presidente en viajes han sido de 260 millones de pesos, sin contar los de funcionarios que le acompañaron.
*A pesar de lo altísimo de ese gasto, Peña aún se propone ir a la Asamblea General de la ONU, en Nueva York, antes de irse, tal y como lo hizo, en su día, José López Portillo. También pretende ir a la Cumbre de APEC, en Nueva Guinea. Vamos a ver si Morena se pone los pantaloncitos y niega el permiso para esos dos viajes, desde las cámaras legislativas federales. Aunque no lo creo, con eso de la “transición de terciopelo (tóxico)”…
*Tan sólo en comidas y hospedajes durante los viajes presidenciales, se han gastado 53 millones de pesos, pues siempre se reservaban las habitaciones más caras. Por ejemplo, en septiembre de 2016, por dos días de hospedaje en el hotel The Plaza, de Nueva York, el presidente y su séquito gastaron 4 millones 977 mil pesos. Otro ejemplo: ese mismo año, Peña y su corte imperial se quedaron en el hotel Immo Score de Davos, Suiza, durante dos días, gastando 3 millones 330 mil pesos que, recuérdelo siempre, salieron de nuestro dinero.
Mientras 20 millones de niñas y niños mexicanos viven en la pobreza, durmiendo en la tierra, sin poderse llevar un bocado a la boca, Peña y su corte real se alojaron en varios de los hoteles más lujosos del mundo, como el Rocco Forte, de Roma; el Steingerberger Grand Hotel Belvedere, de Davos; el Caliskan Kardesler, de Antalya; el St. Regis, de Nueva York; el Madinat Jumeirah, de Dubai; el Hua Jia Shan Resort, de Hangzhou; o el Fusion Maia, en Đà Nẵng.
*Para moverse en los países a donde iba, el gobierno le rentaba autos blindados y de lujo al presidente y su séquito. En Japón, por dos días de alquiler, se gastaron un millón 547 mil pesos.
*Reforma también demuestra de que el mega gasto que implicó la compra del avión presidencial (que AMLO busca vender), no sirvió para ahorrar un ápice en los gastos de viaje, que fue el argumento del gobierno federal para defenderlo.
El simple hecho de mover a los aviones -el anterior y el actual-, para que el presidente viajara, ha costado 138 millones de pesos. Poco más de 2 millones de pesos por viaje. Muchísisisimo más costoso que volar en aerolíneas comerciales.
Y mover el nuevo avión ha salido más caro. Un ejemplo: En 2014, Peña viajó a Cartagena, Colombia, y el costo de viajar en el anterior avión fue de 53 mil 407 dólares. En 2016, el presidente volvió ahí en el nuevo avión, y el viaje costó 72 mil 964 dólares. Esto es, 19 mil 557 dólares más. Con el avión que ni Obama tuvo, se han gastado hasta 344 mil 814 dólares, por un viaje a Indonesia. Los vuelos de los aviones presidenciales han representado el 56% del gasto en los viajes del primer mandatario.
Con razón, Sofía Castro Rivera, hijastra del presidente, lloraba y lloraba durante su último informe de gobierno. Pues cómo no, si se acaba la vida de realeza medieval que llevaron el presidente y los suyos, mientras el pueblo mexicano está como el francés a finales del siglo 18.
AMLO se ha comprometido a frenar esos gastos respecto a su persona y familia, pero también debe frenarlos en todo su gobierno. Es una mentada de madre que el presidente, no se diga cualquier funcionario, se hospede en un hotel de clase premier, mientras hay 53.4 millones de pobres. Gran mensaje sería que, en los viajes estrictamente necesarios que debiesen hacer, el equipo de AMLO se hospedara en hoteles modestos u hostales, en razón de que, como él bien ha dicho, no puede haber gobierno rico con pueblo pobre.
Otra mancha más el tigre: Reforma también reveló, ayer, que durante la gestión de Rosario Robles Berlanga en las secretarías de Desarrollo Social y Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, se desviaron 700 millones de pesos, en efectivo, los cuales fueron sacados en camiones de Tameme, Cometra y el Servicio Panamericano, rumbo a 10 domicilios particulares. El dinero se desvío mediante contratos fantasmas con las televisoras de los gobiernos -priistas- de Sonora, Hidalgo y Quintana Roo, y la Universidad Politécnica de esta última entidad. Que asco da todo este gobierno.
Comentarios: gerfragoso@gmail.com
Twitter: @gerardofragosom

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